El sureste de México cuenta con una extensa oferta de atractivos turísticos: playas de agua cristalina, zonas arqueológicas, algunas de ellas declaradas Patrimonio de la Humanidad, cenotes, ríos subterráneos, Pueblos Mágicos, destinos culturales, entre otros.
Sin embargo, no todos los destinos turísticos se han desarrollado plenamente, no se ha aprovechado el potencial y muchas comunidades han quedado en la marginación.
Cada año arriban a la zona más de 17 millones de turistas, dejando derrama económica y creando empleos formales que impulsan el desarrollo económico de las localidades. Actualmente el 83% de los turistas extranjeros limitan su estancia a la zona de Quintana Roo y, dentro de dicho estado, la gran mayoría de las visitas se concentran en los destinos de Cancún y Riviera Maya.
Al igual que la problemática de integración de las poblaciones locales, el rezago en conectividad ha limitado las alternativas disponibles para los turistas de la región para visitar destinos o atractivos turísticos en condiciones óptimas de tiempo, costo y seguridad, desde sus destinos principales o punto de internación.
Con el Tren Maya se pretende incrementar el número de visitantes y la estadía promedio en la región en aquellos destinos que cuentan con potencial para un pleno aprovechamiento de sus atractivos turísticos, de una forma sustentable.
La derrama económica por el turismo extranjero en el sureste se concentra en la zona de Cancún-Riviera Maya, dejando fuera a los demás cuatro estados de la región de los beneficios económicos directos
Los cerca de 1,500 kilómetros del tren conectarán las principales regiones de la península de Yucatán, desde sus grandes centros turísticos hasta sus comunidades rurales. Esto abrirá una serie de oportunidades de comercio y desarrollo social, beneficiando a la población y empresas locales y al turismo nacional e internacional. El Tren Maya tiene como ruta un gran circuito que rodea la península de Yucatán teniendo estaciones en ciudades como Palenque en Tabasco, Escárcega en Campeche, Mérida, Cancún, Playa del Carmen, Tulum, Felipe Carrillo Puerto, Bacalar y Chetumal por poner solo algunas. En total serán 19 estaciones con varios trenes recorriendo la ruta de ida y vuelta.
En su fase inicial el Tren Maya operará con un esquema hibrido de energía. Lo que quiere decir que en las porciones donde se cuente con energía eléctrica, el tren se moverá gracias a sus motores eléctricos y cuando no haya la locomotora pasara a utilizar el diésel para activar la maquinaria. Los tramos correspondientes a la ruta Mérida-Cancún-Chetumal serán electrificados. Esto representa 690 kilómetros de ruta, incluyendo vías dobles para servicios múltiples. El diseño para estos tramos de mayor demanda prevista se modificó para incorporar la tracción eléctrica en el material rodante y en la infraestructura ferroviaria. Para el resto de la ruta, existe la posibilidad de electrificar en un futuro.
Con el advenimiento de este megaproyecto también se pretende detonar la industria agropecuaria que padece de la falta de conectividad con el resto de la república. Los productores grandes y pequeños podrán mover sus mercancías de forma segura y más económica que a través del sistema carretero y con ello obtener mejores ganancias por su trabajo.